Por Pablo Arbelaez Restrepo
En días pasados sostenía un interesante y amigable debate con Javier el Ñato Suárez, quien este año celebra 50 años de haber ganado la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN.
El tema giraba alrededor de las posibilidades de Rigoberto Urán de hacer podio en la edición 98 del Giro de Italia. Javier, que es franco y directo, me dijo: ¡ninguna! Extrañado con lo tajante de la respuesta, le dije que por qué.
“Vea mi estimado amigo, comentó. Recuperarse de una bronquitis en plena carrera es muy complicado, sobre todo en el Giro en el que llueve mucho. A eso, me agregó, Rigoberto se golpeó duro en la etapa que llegó a Imola y eso será peor”.
Pues, bien las razones de lo que argumenta el Ñato están a la mano y este domingo terminaron por confirmarse. Rigoberto no marcha bien. Eso se evidenció en la mojada contrarreloj, en la que se vio incómodo sobre la bicicleta y sin tener el acostumbrado golpe de pedal, que es redondo en esta clase de ejercicios.
Para ajustar el mal momento de Urán – con golpes en la espalda, dolor en el cuello, molestias en el brazo izquierdo y la nalga maltratada- en las duras montañas cercanas a Madonna di Campligio, recordado santuario de Marco Pantani, quien allí libró feroz lucha con Hernán Buenahora en el Giro de 1999, el urraeño padecía una pájara -pálida- que lo bajó de la cuarta casilla a la 15 de la general, con una pérdida de 8 minutos ante el ganador del tramo 15, el español Mikel Landa (Astana).
Este, por lo visto, no pudo ser el Giro de Urán, quien pretendía cumplir el hecho histórico de ajustar tres podios consecutivos. Infortunadamente para él y sus millones de seguidores no fructificó el deseo, por cuanto la salud no respetó su condición ni su juiciosa preparación.
Como el mismo Rigoberto dice, el ciclismo no son matemáticas. Esta vez fallaron los cálculos, la salud no respondió, y a falta de ella las piernas no soportaron el intenso trajín de una carrera que no perdona ni los dolores del cuerpo ni del alma y mucho menos el demoledor y desgastante paso de un gigante como Alberto Contador.
Lo único que queda, es que el bravo ciclista paisa pueda terminar con decoro. Pero qué vaina, Javier el Ñato Suárez tenía la razón.
Con información de capsulas.com.co
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