La anhelada ruta del tren Bogotá - Belencito - Paz de Río - Bucaramanga - Puerto Wilches - Bucaramanga y Chiriguaná, que permitiría la conexión entre Bogotá, Boyacá, Santander y Cesar, con la posibilidad de mover pasajeros y carga, en el próximo futuro, tendrá seguir siendo un sueño, de los posibles usuarios, porque el Gobierno nacional determinó que no es prioridad, al menos, por ahora .
La saliente ministra de Transporte, María Constanza García Alicastro, confirmó en su balance al frente de la cartera que el corredor Bogotá - Zipaquirá - Barbosa - Vélez - Barrancabermeja (410 kilómetros), fue el elegido para su próxima ejecución.
Esta ruta cuenta con una inversión de $6 billones y su funcionalidad será mixta: carga y pasajeros. En 2026 terminaría el estudio de factibilidad para la ruta Zipaquirá - Barbosa - Barrancabermeja. En ese mismo año comenzaría el proceso de la Alianza Público Privada, APP.
De los 525 kilómetros de extensión, solo unos cuantos atraviesan tierras boyacenses, en los municipios de Chiquinquirá y Saboyá.
Otros obstáculos para que la ruta Bogotá - Belencito - Paz de Río sea una realidad
Para que la ruta del tren Bogotá - Belencito - Paz de Río sea una realidad, con los más altos estándares de movilidad, seguridad y capacidad, tendrán que superarse muchos obstáculos.
El primero de ellos, es la decisión política del Gobierno Nacional, porque sin su ayuda es prácticamente nula la ejecución del proyecto.
Aunque no necesariamente la Nación tiene que poner los recursos que se necesitan, si se tiene que contar con su respaldo por ejemplo para que se lleve a cabo mediante una Alianza Público - Privada, en la que al final, los usuarios serán los que tendrán que asumir los costos de su realización.
Por otro lado, se tiene que convencer a los miles de camioneros boyacenses que devengan su sustento de la carga que trasportan en vehículos de diferentes tamaños, en el sector, que pueden hacer parte de la gran empresa que se formaría alrededor del tren, con lo cual asegurarían su participación no solo en el mercado de carga sino también de pasajeros.
De la misma forma, se tiene que crear una cultura férrea en la que debe participar el Estado, empresarios, productores y usuarios, donde todas las partes estén convencidas que contar con este servicio puede generar un importante cambio en la forma de transportar productos, servicios y pasajeros, sin afectar el medio ambiente, dándole a este tipo de trasporte la importancia que tiene en el desarrollo del país, entre otros muchos aspectos que hay que considerar.
Si no así, el departamento tendrá que seguir solo disfrutando el tren en los paseítos de fin de año.
Fuente: Ministerio del Transporte